21.9.09

Punto de inflexión

"...es necesario a veces tocar con tus propias manos lo más profundo de la desesperación, para ayudarte con ellas a tomar impulso y escapar de allí como si se te fuera la vida en ello..." Extracto de `Ayer y mañana, nunca existieron´, obra anónima avernariense del año MVI.



16/Decimus/año MDXXXVIII después del Año de los Infortunios


Habitación de los Durmientes, Castillo de Avernarium.

Estación de las hojas caídas.


Nyx salió de la habitación de los durmientes, no aguantaba todo aquel ostentoso ritual. Con un ademán de sus manos, ordenó a sus damas de compañía y su guardia que la dejaran sola. Estaban acostumbrado a aquel gesto, ya que la reina nunca los quería cerca. Eran los más envidiados por los sirvientes del castillo; siempre estaban ociosos.

Salió al exterior del castillo y caminó hasta el lago de nenúfares. Se sentó a su orilla, como siempre hacía cuando algo la turbaba. En ese lago fue donde su madre le enseñó lo que era la magia, en ese lago la utilizó por primera vez y fue también allí donde juró que nunca más la usaría. Sin embargo, ahora había matado a un hombre instintivamente usando magia, lo hizo sin pensar. Reflexionó sobre si hacía bien en negar la magia una y otra vez, quizás estaba en su naturaleza, quizás no fuera tan malo. Ahora, el asesino de su hermana estaba carbonizado por dentro y ella sentía que podía respirar hasta llenar por completo sus pulmones de aire, sin jadeos, sin ansiedad que la oprimiera en el pecho. Y había sido gracias a la magia. Sin ella, no hubiera podido acabar con él, y probablemente estaría también en la habitación de los durmientes con una herida en el pecho.

Se descalzó y sumergió lentamente los pequeños pies en el agua gélida. Pensó en su madre, muerta. Y pensó en Adara, muerta. Pensó en su padre, muerto... Ahora sólo tenía a Níobe. Las lágrimas empezaron a rodar por su rostro y caer por su barbilla, y la imagen de Azcoy la volvió a golpear como una barra de acero. Ahora lo necesitaba más que nunca. Pensó en él mientras se ábrazaba las rodillas y escondía su cara tras ellas. Siguió llorando en silencio hasta que creyó haberse quedado seca para siempre.

Se levantó lentamente y miró a su alrededor, había empezado a oscurecer y no se veía a nadie, hacía frío. Y además, tenía el cuerpo entumecido por haber estado hecha un ovillo toda la tarde, incluso creyó haber dormido en algún momento, entre lágrimas. No estaba segura.

Miró el castillo con otros ojos, majestuoso con la luz del ocaso, y con ventanas iluminadas por la luz de miles de velas. Se dijo que jamás volvería a llorar por su madre, por su padre, por su hermana, y mucho menos por Azcoy. Todos la habían abandonado de una forma u otra. Pensó que todo era diferente ahora que estaba sola con Níobe, y se encargaría de que los culpables de sus lamentos murieran, los cómplices sufrieran y el resto, aunque inocentes, pertenecieran a su reinado para siempre.

El Putomundo sería de Avernarium. En esta empresa pondría toda su energía, nunca más se lamentaría por los que no estaban.

Nunca había estado más segura de que la conquista del Putomundo estaba en sus manos y que iba a conseguirlo.

7 comentarios:

Jezabel dijo...

Mi querida hermana, tus reflexiones me han hecho pensar... la familia Real necesita nuevos brotes.

No sufras, querida. Cuando estés sentada sobre el trono del mundo todas tus penas no significarán nada.

Níobe IV.

C. Maltesse dijo...

...ya...lagrimitas de cocodrilo

B.V.D.

Radagast dijo...

Perfecto, ahora reinan una mujer glacial y otra abrasadora. Cuidado, o las tensiones desgarrarán el noble Reino de Avernarium. Cosa que, por supuesto, nadie desea...

Duque Sergei de Raven.


PD: y digo yo, aún a riesgo de que me apedreen, que la cita y la fecha/localización están descolocadas.

PD': lo siento pero me lo pide la palabra de verificación ('repite'). Como soy muy vago, GOTO 10 al llegar aquí.

^lunatika que entiende^ dijo...

Ahí!!!
¡¡Venganza, Nyx!!!

Gárgamel dijo...

"Ahora reinan una mujer glacial y otra abrasadora"... Pues si se juntan Avernarium estará templadito. :-P
Echo de menos más cortesanos intrigantes.

Jezabel dijo...

Sir Gárgamel: ¿No encontraríais tal vez interés en ser uno de esos cortesanos?

Gárgamel dijo...

Su alteza es demasiado benévola con este su humilde servidor. A sus pies me tiene para lo que guste mandar.