28.1.10

La petición de Nyx

Tras la boda de su hermana, Nyx había seguido trasteando con poderes arcanos en la soledad y privacidad que le brindaba el frondoso bosque de Hyek. Sin embargo, no le había informado de su extraña - en ella -  y tardía afición por la magia, tan odiada en su pasado.

Pero la Nyx de ahora, no era la Nyx del pasado.
Azcoy ya no estaba.
Había matado a su prometida, arrebantándole, al parecer, la vida del hijo que habían concebido juntos.
Se había centrado en la conquista para la que fue adiestrada desde pequeña, haciendo de ésta su prioridad más absoluta.

La nueva Nyx necesitaba la magia tanto como Níobe. Pero ya había aprendido tanto de forma autodidacta, que para avanzar en el perfeccionamiento de este arte, necesitaba los consejos y el saber hacer de su hermana. No podía ocultárselo por más tiempo. Ni siquiera sabía por qué no se lo había hecho saber ya, a esas alturas. Quizás fuera porque ella le reprocharía que durante toda su vida estuvo equivocada al rechazar de manera tan constante y vehemente las ventajas de usar sus poderes. Y Nyx, en absoluto sentía que hubiera estado equivocada.

Nyx esperó a que Níobe acabara de reprender al capitán de su guardia, aunque se alegraba enormemente de que Gael le hubiera pinchado la burbuja de arrogancia a su nuevo cuñado. No pudo reprimir una carcajada traviesa cuando Níobe se lo contó divertida, imitando incluso los gritos del shulte.

Mandó llamar a su hermana, la cual se presentó en sus habitaciones sin hacerla esperar. Cuando llegó, se encontró con una Nyx elegantemente vestida. Níobe frunció el ceño.

- Querida - le dijo sonriendo Nyx - tengo que pedirte algo.
- Sorpréndeme - Níobe enarcó una ceja.

 Nyx se acercó a su hermana y se quedó a tan sólo unos centímetros de ella.

- Verás... - bajó la mirada y miró a su hermana con una extraña mirada, que Níobe no reconocía - he estado haciendo algo que quizás te sorprenda... de hecho... estoy segura de que va a sorprenderte muchísimo. - Nyx empezó a andar lentamente alrededor de su hermana sin quitarle el ojo de encima - sin embargo te lo mantendría oculto por más tiempo si no fuera porque necesito tu ayuda para continuar.

Níobe se quedó en silencio, intentando adivinar a qué se refería su hermana, pero estaba totalmente perdida.

Nyx paseó por la habitación mientras hablaba, dejando que la luz que entraba por los ventanales, iluminara las pequeñas incrustaciones de cristal de Mouk del busto de su vestido verde oscuro. Su pelo estaba recogido en un trenzado laborioso, que le dejaba la pequeñas y blancas orejas al descubierto. De ella colgaban dos lágrimas de Mouk engarzadas en un filo hilo de titanio. Sus maneras eran delicadas y nada sencillas, su porte habitual de "campesina a punto de arar una hectárea" había desaparecido. Su expresión despistada, su abstracción en sí misma, habían desparacido.

- Necesito que me ayudes a mejorar - dijo de repente una voz, a espaldas de ambas hermanas, una voz proveniente del vestidor de la habitación.

- ¿Quién hay ahí? - preguntó Níobe, sin entender nada, mientras se apresuraba hacia el vestidor. Detrás la seguía la, de repente femenina y elegante, Nyx.

Cuando Níobe entró en el vestidor, encontró a su hermana únicamente ataviada con unas enaguas. Estaba tirada en un diván de terciopelo negro del vestidor, comiéndose una manzana. El pelo lo llevaba atado con una cinta de cuero en una coleta alta. Níobe reprimió un grito. Se giró y se encontró de nuevo a su hermana, que las miraba con los ojos vacíos y una sonrisa congelada. Antes de terminar de comprender lo que ocurría, Nyx dijo:

- Oh, esfúmate, maldita presumida - y con un movimiento de la mano, hizo que la Nyx del precioso vestido, explotara como una burbuja gigante de jabón. Luego, dirigiéndose a su aturdida hermana, le dijo - ¿me enseñarás, hermanita?

Antes de que Níobe dijera una palabra, se lamentó por haber hecho desaparecer a su otro yo, antes de arrebatarle el precioso vestido adornado con cristales de Mouk y esos pendiente con hilo de titanio.

4 comentarios:

Gárgamel dijo...

Que intriga...

C. Maltesse dijo...

Cuando las hermanitas se juntan un escalofrio recorre mi nuca.

Anónimo dijo...

Qué pasa? Os estais desanimando con la historia?
Es una pena...

Morgana

Jezabel dijo...

Morgana: por razones personales he pasado un par de semanas apartada de la blogosfera. Pero no te traumes, tengo como una veintena de entradas -no consecutivas- terminadas.